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Estación Espacial.
Informe ISS/STS-112

21 de Octubre de 2002.

Foto: NASADespués de la visita del transbordador Atlantis a la estación espacial internacional, la próxima estará protagonizada por la tripulación de la nave Soyuz TMA-1. Sin embargo, el reciente accidente durante el lanzamiento de la misión automática Foton-M, que utilizó un cohete similar al que empleará la TMA-1, pone en duda el calendario.

Los astronautas del transbordador Atlantis realizaron su tercer paseo espacial el lunes 14 de octubre. Dave Wolf y Piers Sellers salieron al exterior a través del módulo esclusa Quest, con el objetivo de completar diversas tareas de mantenimiento.

Antes, el control de tierra había accionado el mecanismo de apertura de uno de los tres radiadores de refrigeración situados en el segmento S1, instalado recientemente. El panel se abrió en toda su longitud, operación que duró unos 9 minutos, demostrando que el sistema funcionaba y que por tanto los astronautas no tendrían que prestarle atención hasta el año que viene, que es cuando realmente será necesario.

La salida extravehicular de Wolf y Sellers duró 6 horas y 36 minutos. Empezó a las 14:11 UTC y acabó a las 20:47 UTC. Su primera tarea fue retirar un tornillo que impedía la activación de un sistema que debía cortar un cable en el Mobile Transporter. El MT se desplazará a lo largo de la larga estructura a la que estarán unidos los paneles solares de la estación, permitiendo su mantenimiento. Después, los dos astronautas conectaron varios conductos de refrigerante y eliminaron varias grapas que habían ayudado a mantener al segmento S1 en su sitio durante el lanzamiento.

Antes de acabar el día, el Atlantis usó sus motores auxiliares para elevar un poco la órbita del complejo. En otro punto del espacio, la vieja nave de carga Progress-M46 reentraba definitivamente sobre la atmósfera terrestre, destruyéndose sobre el Pacífico.

El 15 de octubre quedó dedicado a completar las diversas tareas que restaban antes de la despedida entre las dos tripulaciones. El Atlantis, además del segmento S1, había traído una tonelada de suministros que había que trasladar poco a poco al interior del complejo.

Una última comida conjunta señaló el momento de la despedida. Pero antes, Jeff Ashby y Peggy Whitson efectuaron una reparación de urgencia. Se había detectado un escape de agua en el módulo Quest, debido a un filtro taponado. La pieza fue llevada al transbordador para su examen en tierra.

Los nueve astronautas, los seis del Atlantis y los tres de la ISS, se dijeron adiós el miércoles día 16. Se cerraron las respectivas escotillas y se produjo la separación entre ambos vehículos. El Atlantis aún dio una vuelta parcial alrededor del complejo, dando la oportunidad de fotografiarlo en su nueva configuración. La ISS pesa ahora 116.118 kg, 13.600 de los cuales pertenecen al nuevo segmento S1.

Mientras la tripulación del Shuttle se preparaba para el regreso a casa, Peggy Whitson, Valery Korzun y Sergei Treschev retornaron a sus obligaciones habituales en la estación, principalmente el almacenamiento y clasificación de los suministros traídos por los visitantes, la preparación de la llegada de la próxima cápsula Soyuz, así como la descarga de la nave Progress unida al módulo Zvezda.

El Atlantis se posó finalmente en la pista 33 del Kennedy Space Center, a las 15:44 UTC del 18 de octubre. El aterrizaje fue perfecto, el número 60 que se ha efectuado en este centro. La duración total de la misión quedó en 10 días, 19 horas, 57 minutos y 49 segundos.

Las noticias del fallo de un cohete Soyuz-U durante el despegue de una cápsula Foton-M, han provocado un cambio de planes. Parece muy improbable que se lleve a cabo el lanzamiento de la nave de refresco Soyuz TMA-1 (5S) el próximo 28 de octubre. Las investigaciones de lo sucedido debían ofrecer sus conclusiones el 22 de octubre. Si tras ello se da luz verde a la misión, la fecha más temprana posible para la partida de la TMA-1 es el 30 de octubre. De momento, los trabajos de carga de combustible, etc., han sido paralizados. El cohete Soyuz-U que falló es casi idéntico al Soyuz-FG que se usará con la TMA-1. Este último posee algunas mejoras en los inyectores de los motores, pero hasta que no se sepa dónde se encuentra la causa del accidente no será posible determinar el momento exacto del lanzamiento. En todo caso, la familia Soyuz es uno de los vehículos más fiables del mundo y nada hace suponer que no pueda retornar cuanto antes a la actividad. La prueba de fuego podría ocurrir durante una misión previa, ya que también estaba previsto el lanzamiento de un cohete Molniya-M con una carga militar, ahora igualmente retrasada. El Molniya-M usa la misma primera etapa que el Soyuz-U.

Si la TMA-1 despegara más tarde del 30 de octubre, deberá también retrasarse el vuelo del próximo transbordador espacial (11A) hacia la ISS, obligando a una nueva maniobra de incremento orbital por parte de la actual Progress.

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