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Estación Espacial
Informe ISS

20 de Octubre de 2003.

Foto: AP Photo/Mikhail MetzelYuri Malenchenko y Ed Lu tienen visita. La llegada de Michael Foale, Alexander Kaleri y el español Pedro Duque, marca además el inicio de la cuenta atrás para su regreso a casa. La expedición número 7 llega a su fin, y comienza la larga estancia en la estación espacial internacional de la expedición número 8.

Ed Lu dedicó mucho tiempo de los últimos días a acondicionar la nave Soyuz TMA-2, la misma que les llevará a la Tierra. Comprobó sus sistemas, así como los pertenecientes a la estación que jugarán un papel crucial durante la partida. Él y Malenchenko se aseguraron también que todo estuviera en orden en la zona de atraque donde se acoplaría la nueva Soyuz (TMA-3).

El resto del tiempo lo dedicaron a completar el empaquetado de sus utensilios personales, y a la realización de unos cuantos experimentos científicos. Tampoco faltaron las habituales tareas de mantenimiento del complejo, como por ejemplo, la sustitución llevada a cabo por Lu de un módulo eléctrico RPCM en el laboratorio Destiny, uno de cuyos circuitos había fallado.

Se han estado preparando algunos resultados científicos que volarán con ellos de regreso a la Tierra, así como varias muestras de agua del sistema que refrigera el interior de los trajes espaciales americanos en el módulo esclusa Quest. La limitada capacidad de la cápsula Soyuz implica que sólo será posible retornar a la superficie terrestre con una muy limitada carga procedente de la estación.

Los dos astronautas también tuvieron la oportunidad de celebrar públicamente el lanzamiento de su colega chino. Ambos desearon mucha suerte a Yang Liwei y manifestaron su interés por la reactivación de la exploración humana del espacio. Lu deseó a su colega, en chino e inglés, que tuviera un retorno seguro a la Tierra.

Finalizada la misión del pionero chino, el interés, sobre todo para los españoles, se trasladó entonces a Baikonur, donde se llevaban a cabo los últimos preparativos para el lanzamiento de la cosmonave TMA-3 (11F732/7K-STMA - No. 213).

Las dos tripulaciones, la principal (M. Foale, A.Yu. Kaleri, P. Duque) y la de reserva (W. McArthur, V.I. Tokarev, A. Kuipers), se encontraban en Baikonur desde el 12 de octubre. Allí reanudarían su entrenamiento definitivo, además de cumplir con los últimos requisitos físicos, técnicos y de relaciones públicas. El 15 de octubre, el lanzador Soyuz-FG era unido a la nave espacial Soyuz TMA-3, en el correspondiente edificio de ensamblaje de vehículos. Unas horas más tarde, el comité directivo autorizaba el desplazamiento del cohete hacia la rampa de lanzamiento. Ello se llevó a cabo durante la madrugada del 16 de octubre, señalando el inicio efectivo de la cuenta atrás. Al día siguiente, la comisión de estado confirmaba la composición de las tripulaciones y otorgaba el status de vuelo a la formada por Foale, Kaleri y Duque. Inmediatamente, se inició la carga de los propergoles en los tanques del cohete y se definió la hora exacta del despegue.

Los astronautas se levantaron sobre las dos de la madrugada del día 18, listos para equiparse para el lanzamiento. Ya de día, fueron llevados a la base del cohete y ocuparon sus asientos en el interior del módulo de descenso de su cápsula.

Sería el segundo vuelo espacial de Pedro Duque, en este caso gracias a un acuerdo comercial entre Rusia y el gobierno español, que ha pagado unos 13 millones de dólares. Duque, miembro del cuerpo de astronautas de la ESA desde 1992, se convierte así en el sexto europeo, y primer español, en trabajar en la Estación Espacial Internacional. Su misión toma el nombre de Miguel de Cervantes (1547-1616), autor de la obra inmortal protagonizada por “Don Quijote”. El principal objetivo de su misión, de diez días de duración, es desarrollar un extenso programa de experimentos científicos en las áreas de ciencias de la vida; ciencias físicas; observación de la Tierra; educación; y tecnología. La mayor parte de los experimentos serán realizados por Duque en el segmento ruso de la Estación, mientras que otros tendrán lugar en el laboratorio Destiny, de la NASA. Entre estos últimos se incluye el uso de la 'Microgravity Science Glovebox', una instalación para investigación desarrollada en Europa.

"Uno no va al espacio todos los días", dijo Duque, "así que estoy dispuesto a aprovechar al máximo cada momento y llevar a cabo los experimentos con toda la eficacia posible. Estoy orgulloso de representar a casi 40 millones de ciudadanos españoles".

Desde una perspectiva europea la Misión Cervantes también es importante porque proporciona experiencia a los astronautas de la ESA de cara al lanzamiento del laboratorio europeo Columbus a la Estación Espacial. Pedro Duque ha colaborado ya en el Columbus, revisando su operabilidad y facilidad de mantenimiento, así como la ergonomía de su estructura. El desarrollo del Columbus y sus instalaciones para investigación sin duda se beneficiarán de la experiencia práctica que adquirirá Duque durante su estancia en la ISS.

Otros objetivos importantes de la Misión Cervantes son el proporcionar el reemplazo para la actual tripulación de la ISS y para la nave Soyuz TMA-2, actualmente atracada en la Estación.

Duque sería el Ingeniero de Vuelo en la Soyuz TMA-3 en el vuelo de ida a la ISS, con un papel activo en el pilotaje de la nave. Kaleri y Foale, la tripulación de la Expedición 8, permanecerán en la Estación durante seis meses aproximadamente. Dos días después del lanzamiento, la Soyuz TMA-3 se aproximaría y atracaría en el complejo orbital a unos 400 kilómetros de altura sobre la Tierra.

En el vuelo de regreso, el 28 de octubre, Duque será de nuevo Ingeniero de Vuelo en la nave Soyuz TMA-2. Con él volverá a la Tierra la tripulación de la Expedición 7 de la ISS, Yuri Malenchenko y Edward Lu, que llegaron a la ISS el pasado 28 de abril, en la citada Soyuz TMA-2. Esa nave será reemplazada por la Soyuz TMA-3, de forma que quede garantizada la integridad de los sistemas de la que permanece acoplada permanentemente a la ISS en caso de emergencia.

El vuelo de Duque está patrocinado por el ministerio español de Ciencia y Tecnología, a través del Centro de Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI). Se encuadra en el marco de un acuerdo firmado entre la ESA y la agencia espacial rusa Rosaviakosmos, que cubre los vuelos de astronautas europeos.

"Esperamos que la cooperación constante entre los miembros de la ISS redunde en un futuro productivo y lleno de beneficios para todas las partes implicadas en la Estación Espacial Internacional", dijo Jörg Feustel-Büechl, director de Vuelos Tripulados de la ESA. "Con la Misión Cervantes la Agencia Europea del Espacio muestra su determinación a seguir expandiendo las fronteras de la investigación en vuelos tripulados, y estimulando la cooperación y la amistad internacionales".

La Misión Cervantes estaba planificada en principio para abril de este año, pero tras el accidente del Columbia los demás socios del programa de la Estación Espacial solicitaron a la ESA renunciar a ese vuelo para permitir un intercambio de la tripulación de la ISS. La ESA aceptó ceder su asiento en la nave Soyuz y posponer el vuelo de Pedro Duque hasta octubre.

La Misión Cervantes sucede a la misión Odissea llevada a cabo en octubre/noviembre de 2002, con el astronauta de la ESA Frank De Winne, y es la cuarta en una serie de misiones tripuladas europeas Soyuz a la Estación Espacial.

Desde octubre de 2002 Duque ha pasado la mayor parte de su tiempo preparándose en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin, en la Ciudad de las Estrellas, cerca de Moscú, y recibiendo además entrenamiento específico para la misión en las instalaciones de ESA ESTEC en Noordwijk, Países Bajos, y en el Centro Espacial Johnson, en Houston.

Como se ha dicho, ésta sería la segunda salida de Duque al espacio. En su primer vuelo fue Especialista de Misión en la misión STS-95 del transbordador espacial Discovery (del 29 de octubre al 7 de noviembre de 1998), una misión de nueve días dedicada a la investigación solar. Duque tiene 40 años y entró en el cuerpo de astronautas de la ESA hace más de una década. Para él, esta misión en una nave rusa Soyuz sería muy diferente a su vuelo en el transbordador.

Al contrario que en su primer periplo, el viaje de Duque a la Estación Espacial Internacional implicaría participar activamente en el pilotaje de la Soyuz desde el momento del despegue. "Los métodos de entrenamiento para el transbordador y la Soyuz son muy distintos. En el transbordador éramos como pasajeros, y el trabajo sólo empezaba una vez que estábamos en órbita", señaló Duque.

El astronauta holandés de la ESA André Kuipers figura como reserva para la Misión Cervantes. Está previsto que él mismo vuele en la misión Soyuz holandesa de abril del próximo año.

Una hora y media antes del lanzamiento, previsto para las 05:38 UTC del 18 de octubre, los tres astronautas se hallaban ya firmemente asentados a bordo de su cápsula. Apenas 5 minutos antes del despegue, los sistemas internos de la Soyuz adoptaron todo el protagonismo. En el momento previsto, los brazos umbilicales se apartaron del cohete y éste quedó suspendido en solitario sobre la misma zona de lanzamiento que sirvió para que Gagarin se convirtiera en el primer hombre que alcanzó el espacio.

Exactamente a las 05:38 UTC, se encendieron los motores del cohete y, una vez verificado su empuje, aceleraron para elevar el peso del ingenio sobre la superficie de la Tierra, alejándolo lenta pero inexorablemente. El viaje de la TMA-3 se había iniciado.

A las 05:47 UTC, 9 minutos y 30 segundos después del lanzamiento, tras el apagado de la última etapa del cohete, se producía la separación de la cápsula. A partir de ese momento, la nave maniobraría para ajustar su trayectoria y extendió sus paneles solares y el resto de apéndices. Sus ocupantes se dispusieron a dejar transcurrir los dos días que serían necesarios para alcanzar la estación espacial internacional. Para ahorrar combustible, se emplea una ruta de aproximación mucho más prolongada que un simple ascenso directo.

Este intervalo de tiempo no se vería afectado por ningún problema, y a la hora prevista, el 20 de octubre, la TMA-3 inició su aproximación hacia el puerto de atraque situado en el módulo Pirs de la estación ISS. A las 07:16 UTC, y tras una aproximación automática bajo el gobierno del sistema Kurs, la cosmonave entraba en contacto con su objetivo. Inmediatamente, se aseguró la conexión y se presurizó el vestíbulo entre las dos escotillas. Estas se abrirían dos órbitas más tarde, siguiendo el horario impuesto por la limitada visibilidad de las estaciones de seguimiento rusas.

Por fin, hacia las 10:19 UTC, el paso quedaba abierto en los dos extremos del pequeño túnel: los recién llegados penetraban en la estación espacial internacional. Pedro Duque fue el primero en entrar en el complejo, abrazándose a Lu y Malenchenko, los dos habitantes de la ISS que no habían tenido ninguna visita humana durante los últimos seis meses.

Sin dejar pasar más tiempo, dado el limitado periodo de conexión disponible, los seis hombres se dirigieron al módulo Zvezda, donde tuvieron la oportunidad de departir muy brevemente con las personalidades situadas en el centro de control de Moscú. Finalizado el contacto directo por video, las dos tripulaciones iniciaron la habitual secuencia de actividades tras la llegada de nuevos astronautas. Malenchenko, por ejemplo, dio a los recién llegados unas mínimas indicaciones de seguridad. También disfrutaron de una comida conjunta, se desactivó la cápsula TMA-3 y se inició el trabajo científico de Duque.

Este pasará sólo 8 días en la estación y no tendrá mucho tiempo para disfrutar de su estancia en microgravedad. El 27 de octubre, junto a Malenchenko y Lu, entrará en la Soyuz TMA-2 e iniciará el retorno a casa.

Foale y Kaleri se quedarán a bordo de la ISS. Su misión debería durar unos 194 días. Durante este tiempo continuarán controlando los sistemas de la estación y realizando experimentos científicos. Su trabajo vendrá determinado por la ausencia de vuelos de la lanzadera espacial, que no los reanudará hasta finales del año próximo. Realizarán al menos un paseo espacial y recibirán varias naves de carga Progress. La primera de ellas debía volar en diciembre, pero los rusos dicen que la han retrasado hasta enero de 2004 debido a falta de presupuesto. Ello, no obstante, no afectará a la misión de la expedición número 8.

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