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Paleontología
Cuando los Peces Empezaron a Morder
17 de Mayo de 2007.

Foto: Jon Chase/Harvard News OfficeAntes de que los peces comenzaran a invadir la tierra firme, hace unos 365 millones de años, tuvieron que enfrentarse a grandes desafíos. Estos retos fueron abordar nuevas formas de moverse, de respirar, y de comer. Para alimentarse, los peces generalmente succionan a sus presas hacia el interior de sus bocas. Pero el aire es 900 veces menos denso que el agua, así que los pioneros que colonizaron la tierra debían morder su comida para poder alimentarse. Investigadores en la Universidad de Harvard han completado un estudio que reconstruye con detalle cómo ocurrió este cambio.

Antes de dejar por completo el agua, las criaturas acuáticas desarrollaron las herramientas que necesitaban para alimentarse en tierra firme. Esta nueva investigación sugiere que esos primeros tetrápodos (animales de cuatro extremidades), mordían a sus presas en aguas superficiales o sobre la tierra, aunque ocasionalmente atraparan su alimento por succión.

Para convertirse en mordedores, los invasores tuvieron que cambiar sus dientes y cráneos, y aprender a caminar.

Molly Markey y Charles Marshall compararon los restos óseos de un pez, de 365 millones de antigüedad, llamado Eusthenopteron, dos primitivos tetrápodos denominados Acanthostega y Phonerpeton, y un pez moderno. El Acanthostega, parecido a una salamandra, pasaba la mayor parte del tiempo en el agua. El Phonerpeton vivía en la tierra. Tanto el Acanthostega como el Eusthenopteron tenían pulmones y agallas, por lo que podían respirar aire o agua, como los peces pulmonados de hoy. Los tres peces primitivos poseían dientes puntiagudos, un rasgo indicativo de que eran depredadores comedores de carne.

Los estudios realizados por Jenny Clark en la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, mostraron que el Acanthostega tenía patas cortas que nacían de sus costados, terminando en lo que parecían dedos unidos por membranas. Tales extremidades no parecen haber sido muy buenas como soportes, así que es probable que el viejo tetrápodo arrastrara sus pies o los deslizara sobre la superficie, en vez de caminar, propiamente dicho, cuando se aventuraba en la tierra.

Una gran pregunta es por qué, en primer lugar, el Acanthostega y sus parientes dejaron su medio acuático. ¿Trataban de alejarse de depredadores más grandes, o buscaban nuevas presas de las que alimentarse? Es probable que ambas cosas fueran la causa.

Markey y Marshall compararon modelos de primitivos tetrápodos con el Eusthenopteron. La comparación mostró que la clave para la evolución desde la succión hacia la mordida yacía en la parte superior del cráneo de estos animales. Estos huesos del techo del cráneo, en vez de constituir una única y sólida estructura, estaban compuestos por un gran número de diferentes piezas.

Analizando las uniones en los cráneos de los antiguos tetrápodos y peces, y luego comparándolas con las de los peces modernos, los investigadores pudieron determinar cómo se deformó el techo del cráneo bajo la compresión y la tensión ejercidas por el acto de comer. Tales análisis llevaron a la conclusión de que el Eusthenopteron era un succionador, y que el torpe caminante Acanthostega era un mordedor, quizás el primero en el reino animal.

Piense en esto la próxima vez que succione espaguetis o muerda un muslo de pollo.

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