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Astrofísica.
Cuando los Agujeros Negros Chocan

5 de Agosto de 2002.

Foto: Equipo LazarusLa fusión o unión de dos agujeros negros es capaz de perturbar el tejido del espacio-tiempo, llenándolo de ondas gravitatorias. Esto es lo que sugiere, al menos, un modelo de simulación creado en un superordenador por varios científicos, basándose en las ecuaciones de Einstein.

Las ondas gravitatorias constituyen una forma de radiación pronosticada por el propio Einstein pero que jamás ha sido observada directamente. Los investigadores creen que una colisión entre dos agujeros negros podría ser un magnífico escenario donde encontrarlas. De hecho, la única forma de observar cómo dos agujeros negros se unen entre sí después de chocar sería observar las ondas gravitatorias emitidas por el proceso.

La simulación es un importante paso adelante para los científicos que quieren estar preparados para cuando sea posible realizar una observación de este tipo. John Baker, del Goddard SFC, y sus colegas Manuela Campanelli, Carlos Lousto y Ryoji Takahashi, bautizados como el equipo Lazarus, se han encargado de desarrollar el modelo.

Las ondas gravitatorias avanzan por el espacio como las olas en el mar. Su existencia abrirá una nueva ventana para observar el universo, ya que podrían transportar información sobre agujeros negros y explosiones estelares, e incluso datos sobre el propio Big Bang, la gran explosión que habría dado comienzo al universo. Son producidas por objetos muy masivos en movimiento y avanzan a la velocidad de la luz en un amplio rango de frecuencias, arrancando energía de la fuente.

A diferencia de las ondas luminosas (la radiación electromagnética), no interactúan fuertemente con la materia. Sin embargo, pueden alterar, al avanzar, la distancia existente entre los objetos, como hacen las olas con las boyas marinas. Para cuerpos separados como lo están la Tierra y la Luna, las ondas gravitatorias sólo pueden alterar la distancia entre ellos en una magnitud miles de veces más pequeña que el diámetro de un átomo. Debido a esto, son muy difícil de detectar.

Pero ya hay diversas iniciativas en este sentido. El Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory (LIGO) espera lograrlo desde tierra cuando esté a punto. Y la NASA y la Agencia Espacial Europea quieren llevar a cabo una misión espacial llamada LISA (Laser Interferometer Space Antenna) que haría lo mismo desde el espacio. Para interpretar los resultados, sin embargo, son necesarios modelos, y esto es lo que Baker y sus colegas del Lazarus están intentando.

La unión de agujeros negros, galaxias y estrellas de neutrones, o la aparición de explosiones estelares masivas, pueden producir ondas gravitatorias. El equipo Lazarus ha optado por simular lo que ocurre con dos agujeros negros a punto de fusionarse. Las ecuaciones utilizadas, derivadas de las que presentó Einstein, precisan de un superordenador con al menos 100 Gb de memoria RAM. Los resultados, por su parte, indican que las ondas producidas serán relativamente débiles hasta momentos antes de la fusión. En ese instante, la onda crecerá hasta convertirse en un auténtico "trueno". Después, el nuevo agujero negro único resonará como un "gong".

Los agujeros negros de tamaño estelar producirán ondas con una frecuencia de unos 10 herzios, en la gama detectable por el sensor LIGO. Los agujeros negros supermasivos producirán ondas de 1.000 herzios, detectables desde el LISA.

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