MUSICA ELECTRONICA

EN LA EUROPA DEL ESTE

Capítulo 4

Por: Jorge Munnshe


Pretender glosar en una única mini-serie de artículos el universo musical emparedado durante décadas tras el telón de acero, es imposible. Una aproximación básica a la realidad de la vanguardia musical en cada una de las múltiples y ricas culturas de esa gran desconocida que es la Europa del Este, en plena efervescencia, ocuparía un libro. Por tanto, esta mini-serie será sólo una fugaz visión, a la fuerza incompleta, de ese vanguardismo sustentado en culturas tanto o más añejas que las del resto de Europa.

HUNGRIA
Es un país culturalmente muy distinto de otras naciones del Este de Europa. La literatura fantástica tiene unas tiradas enormes. El cine autóctono de ciencia-ficción y terror presenta un elevado número de títulos. Abundan las bandas sonoras electrónicas de orientación cósmica, como por ejemplo la de la serie televisiva "La Abeja Milenaria", compuesta por Peter Hapka, uno de tantos sintesistas húngaros hoy en activo.

Por supuesto, György Ligeti es el primer nombre que nos viene a la cabeza en materia de música vanguardista húngara. Pero otros menos conocidos son también muy interesantes, como los pioneros electrónicos Laszlo Hortobaggi, Miklos Maros, Akos Rozmann, y Tamas Ungvary, en activo desde principios de los 70. A este último tuve la oportunidad de contactarle en Suecia, donde reside desde hace años. Lo cierto es que los países escandinavos fueron los que más emigrantes del Este Europeo recibieron. Sin ir más lejos, uno de los principales impulsores del Festival de las Artes de Islandia es el pianista ruso Vladimir Ashkenazy. Algunos de estos músicos exiliados van regresando a sus países de origen, mientras que otros ya han echado raíces en las naciones que los acogieron.

Tamas Ungvary se trasladó a Suecia a fines de los años 60, abandonando su puesto de músico de la Orquesta Sinfónica Estatal Húngara. En Suecia compaginó la composición de música vanguardista con su trabajo en el Instituto de Música Electroacústica de Suecia y su actividad diseñando software musical. Ha obtenido diversos premios y menciones, ha compuesto bandas sonoras, y ha publicado numerosos artículos sobre sus investigaciones de nuevos modos de expresión musical.

Akos Rozmann es un organista, y eso se nota en la música que compone, muy centrada en texturas flotantes, etéreas, místicas. Abandonó Hungría en 1971 y se estableció en Suecia, donde ha compaginado su labor de compositor con la de organista de la Catedral Católica de Estocolmo, a la usanza de los antiguos compositores clásicos.

Miklos Maros es otro músico electroacústico establecido en Suecia, que ha combinado su actividad artística con su labor como profesor en el Instituto de Música Electroacústica de Suecia.

El ensemble "Group 180" se dedica a interpretar, incluso internacionalmente, composiciones de Steve Reich, entre piezas de autores contemporáneos húngaros.

Tibor Szemzo es un veterano sintesista, cuyas composiciones han abarcado un amplio espectro, desde el Jazz hasta la más pura música cósmica.



Istvan Marta hace música minimalista, que recuerda a Philip Glass, pero con toques folklóricos húngaros y transilvanos.

Amadinda son un emsemble percusivo, con varios discos grabados.

Istvan Szigeti es una especie de Klaus Schulze a la húngara.

Omega era una banda de Rock sinfónico que funcionó de 1969 a 1980. Una vez disuelta, algunos de sus miembros han seguido en solitario. El ex-teclista, Laszlo Benko, tiene publicados varios álbumes de música electrónica.

Koral es una banda al estilo de Omega, pero posterior, cuyo teclista Ferenc Balazs también ha publicado un álbum en solitario de música electrónica.

Es destacable también la labor de Robert Erdesz, Matyas Varkonyi, Tibor Kocsak, Gabor Presser, Robert Mandel y Steve Osso.

Ahora en Hungria está proliferando una cantidad inusitada de nuevos músicos electrónicos, entre los que se podría citar a Zoltan Pongrasz, Peter Eotvos, Laszlo Dubrovay, o Mate Victor.

Comprendí bien lo que es un artista apátrida y perseguido políticamente cuando contacté en Alemania al guitarrista, compositor y pintor Peter Katona. Su trayectoria es la que sin duda muchos artistas han seguido. Me confesó que abandonó Hungría por motivos estrictamente políticos. Muy influenciado por el concepto de música global, Katona tocó en bandas Rock, Jazz, y de todos tipos, durante los años 70. En el periodo 1979-82, descubrió las músicas étnicas de Bulgaria, Afganistán, e India, que le fascinaron y le marcaron profundamente. A partir de 1982, alternó la enseñanza en la Escuela de Música de Budapest, con su actividad en diversas bandas. En 1985 se compró sus primeras computadoras musicales. Al año siguiente tuvo que huir de Hungría, y se estableció en Alemania. Me contó que a causa de diversas circunstancias legales, la legislación germana le prohibía ejercer la docencia durante los cinco primeros años de estancia, por lo que tuvo que emplearse como músico. Tampoco le estaban permitidas otras actividades. En 1991 perdí contacto con él de forma súbita. Mis cartas me fueron devueltas con la indicación de que ya no vive allí. Desconozco si regresó a Hungría o si permanece en Alemania. Agradeceré cualquier información reciente sobre este músico que me sea enviada al email:






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